Después de tres meses de rastreo, el detector de materia oscura más sensible del mundo ha
demostrado sus capacidades y ya ha permitido descartar como detecciones de
materia oscura a algunas candidatas a detección que se registraron en otros experimentos, y que difícilmente se habrían podido aclarar sin el LUX.
El detector LUX (de las palabras en inglés Large Underground Xenon) está emplazado bajo las Colinas Negras (o las Black Hills en inglés), de Dakota del Sur, Estados Unidos, en un recinto del Laboratorio Sanford (Sanford Lab) situado a unos1.480 metros
(unos 4.850 pies )
de profundidad. Se trata del dispositivo más sensible diseñado hasta ahora para buscar la materia oscura.
Nadie sabe de qué está hecha la materia oscura, ni jamás se la ha podido observar directamente, pero muchos físicos están seguros de que existe debido a la manera en que su atracción gravitacional atrae a las concentraciones visibles de materia normal en el espacio. Esto sólo les permite determinar cuánta de esta misteriosa materia existe en el universo (cinco veces más que la cantidad de materia ordinaria), pero no de qué está hecha. La materia oscura parece concentrarse más en unos puntos del cosmos que en otros, pero se asume que hay partículas de materia oscura circulando por todas partes, y que algunas llegan ala
Tierra.
El LUX requiere un ambiente con las menores perturbaciones
posibles. En su emplazamiento a gran profundidad bajo tierra está protegido de la radiación cósmica que bombardea de manera constante la superficie de la Tierra. El LUX también debe ser protegido de las
pequeñas
cantidades de radiación
natural que proviene de la masa rocosa circundante. El núcleo de la máquina es un tanque de
titanio, que tiene más
o menos el tamaño
de una cabina de teléfono,
lleno con alrededor de un tercio de tonelada de xenón líquido,
enfriado a unos 100 grados centígrados bajo cero (unos 150 grados Fahrenheit bajo cero). El núcleo está a su vez encerrado dentro de
un tanque de acero inoxidable de unos 6 metros (20 pies ) de alto y 7 metros y medio (25 pies ) de diámetro, que alberga más de 250.000 litros (más de 70.000 galones ) de
agua desionizada ultrapura, destinada a escudar a la máquina frente a la radiación gamma y los neutrones errantes.
El detector LUX (de las palabras en inglés Large Underground Xenon) está emplazado bajo las Colinas Negras (o las Black Hills en inglés), de Dakota del Sur, Estados Unidos, en un recinto del Laboratorio Sanford (Sanford Lab) situado a unos
Nadie sabe de qué está hecha la materia oscura, ni jamás se la ha podido observar directamente, pero muchos físicos están seguros de que existe debido a la manera en que su atracción gravitacional atrae a las concentraciones visibles de materia normal en el espacio. Esto sólo les permite determinar cuánta de esta misteriosa materia existe en el universo (cinco veces más que la cantidad de materia ordinaria), pero no de qué está hecha. La materia oscura parece concentrarse más en unos puntos del cosmos que en otros, pero se asume que hay partículas de materia oscura circulando por todas partes, y que algunas llegan a
El LUX
El físico Jeremy Mock, de la Universidad de
California en Davis, inspecciona el tanque de xenón líquido en el corazón del detector LUX, antes de que la cámara fuese llenada de agua
purificada. (Foto: Matt Kapust / Sanford Lab)
Se barajan varias identidades para la materia oscura. A la
espera de hacer un descubrimiento que demuestre que una de ellas corresponde a
la materia oscura, los científicos van avanzando de momento por la vía de la eliminación de posibilidades. Si un
hallazgo demuestra que la materia oscura no puede tener una de esas identidades
propuestas, la lista de candidatos se reduce y la investigación se concentra en ellos.
Las partículas de materia oscura no emiten luz. Por eso los científicos del LUX buscan evidencias de las colisiones de partículas de materia oscura contra átomos de xenón dentro de la cámara del detector. Si entre todas las partículas que interaccionen con átomos de xenón, hay algunas que concuerdan con alguno de los modelos teóricos más aceptados para la materia oscura, entonces los científicos deberían ser capaces de detectar a dichas partículas de materia oscura a partir de sus colisiones.
Por ahora, el modelo teórico favorito para las partículas de materia oscura es el de las Partículas Masivas de Interacción Débil, o WIMPs por sus siglas en inglés.
Las partículas de materia oscura no emiten luz. Por eso los científicos del LUX buscan evidencias de las colisiones de partículas de materia oscura contra átomos de xenón dentro de la cámara del detector. Si entre todas las partículas que interaccionen con átomos de xenón, hay algunas que concuerdan con alguno de los modelos teóricos más aceptados para la materia oscura, entonces los científicos deberían ser capaces de detectar a dichas partículas de materia oscura a partir de sus colisiones.
Por ahora, el modelo teórico favorito para las partículas de materia oscura es el de las Partículas Masivas de Interacción Débil, o WIMPs por sus siglas en inglés.
Recientemente, otro equipo de investigación, usando detectores ultrafríos basados en el silicio,
comunicó públicamente tres posibles
detecciones de WIMPs. Las dudas sobre estas tres candidatas de detección eran difíciles de aclarar. Sin
embargo, gracias al LUX, que fue diseñado para tener una sensibilidad detectora de WIMPs mayor que
la de cualquier otro detector existente, se ha determinado, tras sus tres
primeros meses de funcionamiento, que aquellas posibles detecciones de materia
oscura no lo son. Si lo hubieran sido, en el LUX se habrían hecho unas 1.600
detecciones durante este periodo de tres meses, y eso no ha ocurrido.
En el proyecto LUX trabajan físicos de diversas instituciones de Estados Unidos y Europa, incluyendola
Universidad Brown , en Providence, Rhode Island, Estados
Unidos, la Universidad
de California, y el University College de Londres. El físico Matthew Szydagis, de la Universidad de
California en Davis, es el responsable de coordinar los análisis de datos entre los
miembros del equipo del LUX. Mani Tripathi, profesor de física en la universidad
antedicha, es uno de los siete investigadores fundadores de la iniciativa,
quienes propusieron el experimento LUX en 2006.
En el proyecto LUX trabajan físicos de diversas instituciones de Estados Unidos y Europa, incluyendo
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