domingo, 18 de mayo de 2014

Dudas sobre el descubrimiento del eco del Big Bang

Cuando el pasado mes de marzo los investigadores que trabajan con el radiotelescopio BICEP2 en el Polo Sur informaron de la observación de unos ‘remolinos’ o señales de polarización relacionadas con las ondas gravitacionales de los inicios del Big Bang, el hallazgo se valoró como uno de los grandes descubrimientos cosmológicos de la década.

Sin embargo, ahora parece que han surgido discrepancias sobre los datos. Al menos así lo aseguran en internet algunos expertos, como Adam Falkowski, del Laboratorio de Física Teórica de Orsay (Francia) y autor del blog Résonaances, donde plantea sus dudas. La revista Science se hace eco esta semana de la polémica.

La clave de la cuestión está en algunos datos que se tomaron como referencia para las observaciones. Los investigadores de BICEP2 mapearon la polarización de la señal de fondo cósmico de microondas (CMB) en una porción de cielo, pero para estudiar bien esa señal primero había que retirar del ‘primer plano’ las microondas generadas por el polvo de nuestra galaxia.

Esto es lo que se podría haber hecho de forma incorrecta, según Falkowski. Para restar ese primer plano galáctico, los investigadores confiaron en uno de los mapas que ha generado el satélite Planck de la Agencia Espacial Europea (ESA), que ha cartografiado el fondo cósmico de microondas de todo el cielo desde 2009 hasta el año pasado, aunque los datos definitivos todavía no se han publicado.

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Los ‘remolinos’ de la controversia, que, según algunos rumores, podrían estar afectados por señales de nuestra propia galaxia. (Foto: BICEP2-Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics)

Ese mapa podría contener un brillo brumoso, en gran parte no polarizado, de otras galaxias, que puede desvirtuar los datos de polarización ofreciendo valores que no son reales. Y si se ha usado ese mapa sin considerar estos efectos o sin descartar la influencia del primer plano galáctico, se podrían haber generado señales falsas en los resultados, según Falkowski, quien dice a Science: "Aparentemente, hay algo que necesita ser corregido”.

Los investigadores de BICEP2 no están de acuerdo, aunque Clement Pryke, cosmólogo de la Universidad de Minnesota (EE UU) y un coautor principal del trabajo, reconoce que el mapa del primer plano es un tema importante y espinoso.

Parte del problema es que el equipo de Planck no ha facilitado los datos del primer plano en bruto”, comenta. Por este motivo, tuvieron que hacer lo que pudieron con un archivo PDF del mapa del satélite, presentado en una conferencia. Además, Pryke explica que ha mantenido conversaciones con los miembros de Planck y no queda claro lo que realmente muestra la trama de las imágenes facilitadas.
 
Falkowski sugiere en su blog que el equipo BICEP2 admite haber cometido un error, pero Pryke dice que es totalmente falso". De momento, el equipo BICEP2 no va a revisar o retractarse de su trabajo, que ya ha publicado en el servidor arXiv donde se sitúan  los estudios para su publicación definitiva en las revistas científicas. "Seguimos siendo fieles a nuestro trabajo", subraya Pryke.
 
Hasta ahora la comunidad científica esperaba el mapa final de polarización del CMB que el equipo de Planck tiene previsto presentar en octubre, para ver si reproducía los espectaculares resultados de BICEP2. Ahora, sin embargo, también se estará muy pendiente del mapa final de Planck sobre el fondo galáctico, que saldrá al mismo tiempo, y que podría hacer que las señales de BICEP2 ‘se desvanezcan’. De momento, el satélite ha facilitado la huella magnética de nuestra galaxia. (Fuente: SINC)
http://noticiasdelaciencia.com/not/10380/dudas_sobre_el_descubrimiento_del_eco_del_big_bang/

¿Vivir mucho sin pasar hambre?

Un grupo de California descubre en el gusano una molécula que alarga la vida pese a una dieta normal


La ATP sintasa, con forma de calabaza, es la principal máquina generadora de energía de la célula, y la diana del metabolito alfa-cetoglutarato. / AARON KOVALCSIK
Es sabido que la restricción calórica alarga la vida en todos los organismos en que se ha probado: levaduras, gusanos, moscas, ratones y macacos. Científicos de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA)revelan ahora una alternativa que funciona muy bien, al menos en gusanos: suplementar la comida con alfa-cetoglutarato, un metabolito implicado en el procesamiento de energía en todas las células. Una dieta normal suplementada con alfa-cetoglutarato alarga la vida del gusano un 50%, tanto como la restricción calórica.
Los resultados, obtenidos por Jing Huang y sus colegas del Instituto de Biología Molecular y otra decena de departamentos de UCLA, y presentados en Nature, están muy lejos de poderse extrapolar a los mamíferos, no digamos ya a la especie humana.
El gusano ‘Caenorhabditis elegans’, sin embargo, es uno de los grandes sistemas modelo para estudiar la biología humana. Y los principios generales del envejecimiento son una de las áreas de investigación en que más fácil ha resultado generalizar hasta ahora. También el alfa-cetoglutarato es un metabolito universal, y universalmente implicado en la regulación energética.
Nuestro análisis revela nuevos nexos moleculares entre un metabolito común, un generador universal de energía celular y la restricción calórica en la regulación de la esperanza de vida del organismo”, sostiene Huang, “lo que implica nuevas estrategias para la prevención y el tratamiento del envejecimiento y las enfermedades relacionadas con él”. No está de más recordar que esas enfermedades son el infarto, el ictus, el cáncer y los procesos neurodegenerativos, que es de lo que se muere casi todo el mundo en Occidente, y cada vez más en los países en desarrollo.
Los investigadores —quizá de modo insólito en un artículo técnico— no hacen nada por ocultar sus objetivos últimos: “Las moléculas de la longevidad que retrasen el envejecimiento y alarguen la vida han sido siempre un sueño de la humanidad”, escriben en Nature. “El hallazgo de metabolitos endógenos como el alfa-cetoglutarato que alteran el tiempo de vida de ‘C. elegans’ indica que pueden existir mecanismos internos accesibles a la intervención”. Aunque Desde luego reconocen: “Queda por ver si esto puede traducirse a la manipulación del envejecimiento en los seres humanos”.
Frenar el proceso del envejecimiento es uno de los objetivos prioritarios de la investigación biomédica, y cada vez más de la ‘Big Pharma’, la gran industria farmacéutica. Una de las grandes conclusiones de la última década es que el metabolismo de la energía es una cuestión crucial. Aunque en humanos solo hay indicios hasta ahora, un hecho establecido en el campo es que la restricción calórica —pasar hambre, redondeando un poco— alarga drásticamente la vida de cualquier animal. Pero también hay personas privilegiadas por la lotería genética, que nacen con los genes metabólicos adecuados para comer bien sin engordar.
La gran esperanza de los científicos del campo es hallar una pequeña molécula —un candidato a fármaco— que pueda imitar los efectos de la restricción calórica sin necesidad de someterse a ella. El alfa-ceto glutarato, o los genes y enzimas que puedan alterar su concentración en la célula, son desde hoy una diana prioritaria para los investigadores. Ojalá estén en lo cierto.