martes, 6 de mayo de 2014

Una manera rápida y económica de detectar enfermedades cognitivas



Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca) en argentina desarrolló un método para detectar si existen en pacientes problemas relacionados con la memoria, la atención, la concentración y otros aspectos cognitivos.

Cuando hay un deterioro en la memoria (aunque sea leve) enseguida se nota en la forma en que leemos. Basándose en cómo lee una persona puede predecirse cómo su cerebro procesa la información”, explicó a Argentina Investiga el doctor Osvaldo Agamenonni, del departamento de Ingeniería eléctrica y computadoras de la Universidad.

Con sólo quince minutos de lectura tenemos suficiente información para saber si la persona tiene problemas relacionados con la memoria, la atención, la concentración y otros aspectos cognitivos”, detallaron.

El grupo de investigación desarrolló modelos del comportamiento ocular de personas sanas. A partir del uso de la técnica del “eyetracking”, que mediante un aparato analiza el movimiento de los ojos, puede mensurar en forma objetiva el apartamiento de éste ocasionado por un deterioro cognitivo, vale destacar que este procedimiento también es utilizado en la investigación de los sistemas visuales, en psicología, en lingüística cognitiva y en diseño de productos. Según informan, estos nuevos procedimientos servirán para ayudar a distinguir mejor el envejecimiento normal del deterioro cognitivo que provocan enfermedades como el Alzheimer incipiente, entre otras.
[Img #19624]
Nueva técnica para detectar enfermedades cognitivas. (Foto: Argentina Investiga=

En nuestros estudios vemos que, si bien las diferencias generales de comportamiento entre personas sanas y las que tienen enfermedades muy leves son sutiles, en lo que respecta al comportamiento ocular resultan muy significativas. Por eso, en nuestro grupo de investigación desarrollamos modelos del comportamiento ocular de personas sanas para mensurar su apartamiento, ocasionado por un deterioro cognitivo. Por tanto, estos nuevos procedimientos servirán a la medicina para ayudar a distinguir mejor el envejecimiento normal de un paciente con síntomas de este tipo de deterioro”, señaló Agamennoni.

El grupo experimentó con neurólogos y pacientes de un hospital bahiense, y concluyó que la presencia de alteraciones puede detectarse aún antes que con el empleo de métodos clínicos tradicionales. El equipo de trabajo es interdisciplinario y está formado, además, por los doctores Gerardo Fernández y Pablo Mandolesi, del Instituto de Investigaciones en Ingeniería Eléctrica (UNS-Conicet); la doctora Liliana Castro, del departamento de Matemática de la Universidad, los doctores Luis Politi y Nora Rotstein, del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca (UNS-Conicet), el doctor Reinhold Kliegl, de la Universidad de Potsdam (Alemania) y el doctor Oscar Colombo, del Hospital Municipal de Agudos “Leónidas Lucero”.

El “eyetracker” fue comprado con un subsidio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. Sólo existen dos en la Argentina dedicados a este fin. El otro se encuentra en la Universidad Favaloro, con la que los especialistas de la Universidad Nacional del Sur colaboran para su puesta en funcionamiento y operación.

Nuestro objetivo es brindar una nueva herramienta que ayudará a los profesionales de la salud al momento de diagnosticar una patología. Además de posibilitar la detección de deterioro cognitivo incipiente, ésta tiene una serie de ventajas que es importante destacar: no es invasiva, está basada en leer, una actividad que todas las personas desarrollan, requiere de muy poco tiempo y, fundamentalmente, es completamente objetiva. Estas características posibilitan que pueda repetirse luego de algunos meses para chequear la evolución del deterioro y estudiar así la eficacia de diferentes técnicas de tratamiento”, concluyó Agamennoni. (Fuente: ARGENTINA INVESTIGA/DICYT)

¿Puede la mera ilusión de sentirnos fuera del cuerpo mermar nuestros recuerdos?

La sensación de estar fuera del cuerpo, que a veces experimentan personas que acaban de sufrir un grave accidente o que padecen algún problema mental que altera igualmente su percepción hasta ese punto, es una experiencia sin duda perturbadora. Son comunes además los casos de este tipo en los que un sujeto con un trastorno psiquiátrico tiene recuerdos incompletos de lo que verdaderamente sucedió.

¿Hasta qué punto ambos fenómenos están relacionados? Lo fácil es creer que ambas alteraciones son meros síntomas de un trastorno causante y zanjar aquí la cuestión. Sin embargo, los inesperados resultados de una investigación con personas sanas sometidas a una recreación muy vívida de experiencia extracorpórea, mediante un sistema de Realidad Virtual, conducen a la sorprendente conclusión de que la sensación de sentirse fuera del cuerpo es capaz por sí sola de nublar la memoria.

Esta investigación, realizada por especialistas del Instituto Karolinska en Estocolmo y la Universidad de Umea, ambas instituciones en Suecia, demuestra por primera vez que hay una relación estrecha entre la percepción corporal y la habilidad de recordar. Para que podamos almacenar nuevos recuerdos de nuestras vidas (incluso si se trata de recuerdos sobre cosas llamativas en vez de anodinas), necesitamos sentir que nos hallamos en nuestro propio cuerpo.

Los resultados obtenidos por el equipo de la investigadora Loretxu Bergouignan, del Instituto Karolinska, y que ahora está en el BCBL (el Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje), Henrik Ehrsson del Instituto Karolinska y Lars Nyberg de la Universidad de Umea, son concluyentes al respecto: Los voluntarios que vivieron un suceso destacado mientras al mismo tiempo experimentaban la ilusión de estar fuera del cuerpo, registraron cierta pérdida de memoria respecto a lo sucedido.

En el estudio se reclutó a 84 estudiantes, que debían leer un texto y luego responder oralmente a una serie de preguntas sobre lo expuesto en él. Para hacer llamativas estas sesiones, y por tanto teóricamente fácil recordar detalles inusuales de las mismas, un actor (Peter Bergared) fue el encargado de hacer las preguntas, interpretando para ello el papel de un supuesto profesor, de conducta muy excéntrica, en el Instituto Karolinska. Dos de los interrogatorios se percibieron desde una perspectiva normal en primera persona, desde sus propios cuerpos, mientras que los participantes en las otras dos sesiones experimentaron una ilusión creada, como si estuvieran fuera de su propio cuerpo. En ambos casos, los participantes utilizaron auriculares y gafas de realidad virtual.

[Img #19609]
El actor sueco Peter Bergared durante su interpretación de un profesor muy excéntrico en los experimentos psicológicos. (Foto: Staffan Larsson)

Una semana más tarde, se les hicieron pruebas de memoria, que incluían procurar recordar lo sucedido, con detalles sobre los hechos, en qué orden ocurrieron, y qué habían sentido.

Resultó entonces que los participantes recordaron los interrogatorios “fuera del cuerpo” de una forma bastante peor que aquellos que los vivieron desde la perspectiva “dentro del cuerpo”. Así ocurrió a pesar del hecho de que respondieron igual de bien a las preguntas del cuestionario en cada situación y de que también indicaron que experimentaron el mismo nivel de emoción. Pero los hechos vinculados al interrogatorio en sí mismo (inusuales por la conducta extravagante del interrogador) se habían desdibujado en aquellas personas que vivieron la experiencia simulada de estar fuera de su cuerpo.

Los escaneos de los cerebros mediante resonancia magnética funcional por imágenes (fMRI) revelaron además una diferencia crucial en la actividad en una porción del lóbulo temporal (el hipocampo), que se sabe que es importante para los recuerdos episódicos.

Cuando los sujetos de estudio intentaron recordar qué pasó durante los interrogatorios experimentados "fuera del cuerpo", no había actividad en el hipocampo, a diferencia de cuando recordaron las otras situaciones. Sin embargo, sí se apreciaba actividad en la corteza del lóbulo frontal, lo que sugiere que estaban realizando realmente un esfuerzo por recordar.

La interpretación que el equipo de Bergouignan, Ehrsson y Nyberg hace de este intrigante fenómeno es que hay una estrecha relación entre la experiencia corporal y la memoria. Nuestro cerebro crea constantemente la experiencia de nuestro propio cuerpo en el espacio, combinando información de múltiples sentidos: vista, oído, tacto, y demás. Cuando se va a crear un recuerdo, es el hipocampo el que tiene que enlazar toda la información encontrada en la corteza cerebral a fin de formar un recuerdo unificado para su almacenamiento a largo plazo. Durante la experiencia de estar fuera del cuerpo, este proceso de almacenamiento de recuerdos se ve perturbado, con lo cual el cerebro crea sólo recuerdos fragmentarios.

Los resultados de esta investigación podrían ayudar a aclarar el mecanismo subyacente en los problemas de memoria que experimentan algunas personas con ciertos trastornos mentales
.http://noticiasdelaciencia.com/not/10261/_puede_la_mera_ilusion_de_sentirnos_fuera_del_cuerpo_mermar_nuestros_recuerdos_/