miércoles, 29 de octubre de 2014

El estudio del ADN mitocondrial revela cómo llegó la tortuga boba al Mediterráneo

La tortuga boba (Caretta caretta) se encuentra amenazada a escala mundial y es la más abundante en el Mediterráneo. Las principales playas de anidación se encuentran en Japón, Omán, Australia, el Caribe, la costa este de Norteamérica, Cabo Verde y el Mediterráneo oriental (en especial, en Grecia, Turquía, Chipre y Libia). En las aguas peninsulares, se encuentran tortugas procedentes tanto del Atlántico como del Mediterráneo oriental.

Hace unos cinco millones de años, la distribución de la tortuga boba era global en el Atlántico y el Pacífico, hasta que la elevación del istmo de Panamá dividió la población en dos grupos (uno en cada océano). Tal como explica Lluís Cardona, coautor de un estudio sobre dicha especie e investigador del Departamento de Biología Animal y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universidad de Barcelona (España): "Actualmente, las áreas de nidificación más importantes de esta especie en el Atlántico se encuentran en Brasil, Cabo Verde, Norteamérica y el Caribe, pero no se conocía bien su relación histórica con la cuenca mediterránea".

"Este proceso de colonización del Mediterráneo  –añade Cardona– es anterior a lo que se pensaba y tuvo lugar antes de la última glaciación. Como conclusión destacada, esto indica que las tortugas han sobrevivido, como mínimo, a una fase glacial en el Mediterráneo, buscando refugio en los entornos más cálidos de aquella época: en las costas de Libia, Grecia y Turquía".

En realidad, la tortuga boba colonizó el Mediterráneo en dos etapas independientes como mínimo. La primera fase (hace unos 50.000 a 200.000 años) la llevó a colonizar el Mediterráneo oriental, y la segunda fase, mucho más reciente (después de la última glaciación), le permitió colonizar el sur de Italia, en concreto Calabria. "Estos resultados son sorprendentes y nos indican que la tortuga boba tiene una destacada capacidad de expansión como especie marina", apunta el científico.

[Img #23098]
La tortuga boba (Caretta caretta) se encuentra amenazada a escala mundial y es la más abundante en el Mediterráneo. (Foto: UB-IRBio)



También en el
Atlántico hubo una segunda colonización, a partir del núcleo de tortugas del Indo-Pacífico. Este proceso seguiría un curioso itinerario en zigzag, desde Sudáfrica hasta Brasil, Cabo Verde, el Caribe y el este de Norteamérica, según la distribución de las corrientes oceánicas y la temperatura del agua. En Brasil, por ejemplo, solo hay tortugas bobas originarias de esta segunda ola de colonización; mientras que en las islas de Cabo Verde, el Caribe y América del Norte ya se encuentra una mezcla de tortugas de los dos linajes.

La tortuga boba hace largas migraciones y vuelve a las playas donde nació para hacer la puesta de huevos (comportamiento filopátrico). Ahora bien, los nuevos trabajos confirman que no todas las hembras vuelven a nidificar en el lugar donde han nacido, y que la colonización de zonas nuevas es un proceso relativamente frecuente. "La filopatría no es tan perfecta como se pensaba inicialmente: hay ejemplares que no vuelven a la zona de nidificación, y lo que hacen es colonizar nuevas áreas. Todo esto nos da pistas sobre los mecanismos de colonización de nuevas áreas en respuesta a cambios ambientales", afirma Cardona.


El nuevo escenario global de la dispersión de este quelonio en aguas del Atlántico y el Mediterráneo se ha elaborado aplicando técnicas de alta resolución de estudio de fragmentos del ADN mitocondrial y gracias a la suma de esfuerzos de varios equipos de todo el mundo que trabajan sobre diferentes áreas geográficas de distribución. Mediante la elaboración de bases de datos sobre las zonas de nidificación, ahora los expertos pueden averiguar cuál es el origen de las tortugas que hay en las áreas marinas de alimentación.

"Desde la perspectiva de la conservación, esta información es clave para calcular mejor cuál es el impacto de la actividad humana sobre poblaciones concretas, como en el caso de la captura accidental por pesca de palangre. Sabemos, por ejemplo, que la pesca de palangre en el Mediterráneo occidental afecta sobre todo a las tortugas originarias del continente americano, y a las tortugas mediterráneas nacidas en las costas de Libia", concluye el investigador. (Fuente: UNIVERSIDAD DE BARCELONA)

martes, 28 de octubre de 2014

Las muertes superarán por primera vez a los nacimientos a partir de 2015 en España

Si se mantuvieran las tendencias demográficas actuales, España perdería un millón de habitantes en los próximos 15 años y 5,6 millones en los próximos 50 años, según datos del informe 'Proyección de la Población de España 2014–2064' del Instituto Nacional de Estadística. Esta trabajo también indica que, por primera vez, el número de defunciones superará al de nacimientos a partir de 2015.
1 / 1
Entre 2014 y 2028 nacerían en torno a 5,1 millones de niños, un 24,8% menos que en los 15 años previos. / Roli Seeger.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado hoy los resultados del informe 'Proyección de la Población de España 2014–2064', que constituye una simulación estadística del tamaño y estructura demográfica de la población que residiría en España en los próximos 50 años, y en sus comunidades autónomas y provincias en los próximos 15 años. 
Si se mantuvieran las tendencias demográficas actuales, España perdería un millón de habitantes en los próximos 15 años 
Las cifras recogidas por este trabajo señalan que, si se mantuvieran las tendencias demográficas actuales, España perdería un millón de habitantes en los próximos 15 años y 5,6 millones en los próximos 50 años. Asimismo, el porcentaje de población mayor de 65 años –que actualmente se sitúa en el 18,2%– pasaría a ser del 25% en 2029 y del 38,7% en 2064. 
Un dato más preocupante es que el número de nacimientos seguiría reduciéndose en los próximos años, continuando con la tendencia iniciada en 2009. Así, entre 2014 y 2028 nacerían en torno a 5,1 millones de niños, un 24,8% menos que en los 15 años previos. En 2029 la cifra anual de nacimientos habría descendido hasta 298.202, un 27,1% menos que en la actualidad. Esto supondrá que el número de defunciones superaría por primera vez al de nacimientos a partir de 2015. 
El descenso en el número de nacimientos vendría determinado, sobre todo, por la reducción del número de mujeres en edad fértil. De hecho, el número de mujeres entre 15 y 49 años bajaría en 1,9 millones (un 17,4%) en 15 años, y en 4,3 millones en 50 años (un 39,2%). 
Mayor esperanza de vida 
En 2064 la esperanza de vida de los hombres superaría los 91 años y la de las mujeres casi alcanzaría los 95
Potro lado, en 2064, de mantenerse la tendencia actual, la esperanza de vida de los hombres superaría los 91 años y la de las mujeres casi alcanzaría los 95. De la misma forma, una mujer que alcanzase la edad de 65 años en 2064 viviría en promedio otros 31 años más, frente a los 22,9 años de supervivencia actuales. 
"A pesar de la pérdida de población y la mayor esperanza de vida, el número de defunciones seguiría creciendo como consecuencia del envejecimiento poblacional. Así, en el periodo 2014-2029 se llegarían a registrar más de seis millones de defunciones", asegura un comunicado del INE.
Madrid y las islas seguirán creciendo
La pérdida de población se extendería a la mayoría de comunidades autónomas en los próximos 15 años. Los mayores descensos, en términos relativos, se registrarían en Castilla y León, Principado de Asturias y Galicia. 
Por el contrario, la población aumentaría en Comunidad de Madrid, Canarias, Illes Balears y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Comunidad Foral de Navarra, Andalucía y Región de Murcia prácticamente mantendrían el mismo tamaño poblacional que en la actualidad.