miércoles, 28 de mayo de 2014

Reconstruyen cómo el cerebro de un esquizofrénico malinterpreta el mundo

La esquizofrenia es un trastorno que interfiere con la capacidad de pensar con claridad y de manejar adecuadamente las emociones. Las personas con esquizofrenia a menudo atribuyen sus propios pensamientos y acciones a fuentes externas, como en el caso de las alucinaciones auditivas (las "voces" que les dicen cosas pero que en realidad son pensamientos de ellos mismos). Otros síntomas comunes incluyen delirios, así como pensamiento y habla desorganizados.

En definitiva, las personas con esquizofrenia a menudo malinterpretan lo que perciben en su entorno y lo que experimentan. Una investigación reciente ha aportado nuevos y reveladores datos sobre los mecanismos cerebrales específicos que podrían ser responsables de esta interpretación errónea de percepciones y experiencias.

Este nuevo estudio, a cargo de especialistas del Centro de Salud de la Universidad McGill en Canadá, y el Departamento de Psicología, Instituto y Hospital Neurológico de Montreal ("The Neuro"), dependientes de la misma universidad, revela que ciertos errores de percepción visual en personas con esquizofrenia concuerdan con interferencias o "ruido" que afectan negativamente a una señal cerebral conocida como descarga corolaria.
Las descargas corolarias se dan en todo el reino animal, desde los insectos hasta los humanos, y parecen ser imprescindibles para una correcta automonitorización de las acciones que realiza uno mismo. En el nuevo estudio, realizado por el equipo de Christopher Pack, Veronica Whitford, Gillian O’Driscoll, Debra Titone y Alby Richard, se ha identificado un trastorno en las descargas corolarias que se da en los pacientes con esquizofrenia. El hallazgo podría ayudar a diagnosticar más precozmente y a tratar mejor esta difícil enfermedad.

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Un problema de comunicación interna en el cerebro es el mecanismo principal que lleva a los esquizofrénicos a malinterpretar sus percepciones y experiencias. En la ilustración, neuronas. (Imagen: Amazings / NCYT / JMC)

Una descarga corolaria es la copia de un mensaje del sistema nervioso que es enviada a otras partes del cerebro, de tal manera que seamos conscientes de que estamos haciendo algo. Por ejemplo, si queremos mover nuestro brazo, el área motora del cerebro envía un mensaje con la orden al músculo que produce el movimiento, pero una copia de este mensaje, que es la descarga corolaria, es enviada a otras regiones del cerebro, para informarlas del movimiento en curso. Si usted mueve un brazo, y no existe la señal de la descarga corolaria, podría asumir que alguien se lo está moviendo. De la misma manera, si usted genera un pensamiento, pero no se emite la correspondiente descarga corolaria, usted podría asumir que alguien acaba de colocar el pensamiento en su mente (las famosas "voces" que dicen cosas como por telepatía). Las descargas corolarias aseguran que las diferentes áreas del cerebro se comuniquen las unas con las otras, de tal manera que seamos conscientes de que estamos moviendo el brazo, o pensando nuestro propios pensamientos.

En investigaciones anteriores ya se sugirió que la ausencia de descargas corolarias puede ser responsable de estos síntomas. Pero la causa de dicha ausencia era desconocida, hasta ahora. En el nuevo estudio, el Dr. Pack y sus colegas se valieron de un test especial de atención visual para investigar la actividad de la descarga corolaria. En la prueba, se pidió a los sujetos realizar movimientos oculares rápidos para seguir a un punto en la pantalla de un ordenador. También se les pidió que, al mismo tiempo, localizasen un estímulo visual que aparecía brevemente de vez en cuando en la pantalla. Para realizar esta tarea adecuadamente, los sujetos necesitaban saber hacia dónde estaban mirando en la pantalla, un conocimiento para el que requerían la señal de la descarga corolaria, en este caso proveniente de las estructuras cerebrales que controlan los músculos del ojo.

El resultado de los experimentos mostró que las personas con esquizofrenia eran menos precisas en la tarea de reconocer hacia dónde habían mirado. Por consiguiente, cometían más errores al estimar la posición del estímulo que aparecía fugazmente en la pantalla. El patrón de errores cometidos por los pacientes se correlacionaba con la magnitud de sus síntomas.

No es que las personas con esquizofrenia no tengan descargas corolarias, ni que las tengan con retraso o en una amplitud escasa, más bien parece, a juzgar por los análisis efectuados en el nuevo estudio, que los esquizofrénicos tienen señales de descarga corolaria poco nítidas, por contener demasiado "ruido"
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Desarrollan un producto para la regeneración de la piel en caso de úlceras o quemaduras



Un equipo multidisciplinario conformado por instituciones públicas, privadas, emprendedores e investigadores se unió para desarrollar un kit quirúrgico para el tratamiento de pacientes con úlceras o quemaduras. El desarrollo consiste en tres elementos: un dermatomo -elemento que sirve para extraer células de piel sana del paciente-; un dispositivo para que el médico pueda separar las células de dermis y las de epidermis; y una membrana especialmente desarrollada por este equipo, hecha de un plástico creado por bacterias que puede ser degradado por las enzimas que produce el cuerpo humano. Esta característica le permite reabsorberse sin producir ninguna sustancia tóxica para el organismo.

Biomatter es el consorcio que está desarrollando este producto y de él participan la doctora en física y especialista en materiales Élida Hermida, la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET), el laboratorio Medipharma, el doctor en medicina y especialista en el área de recuperación de quemados Alberto Bolgiani, y Alberto Achille, un administrador de empresas con experiencia en la comercialización de productos farmacéuticos, todos ellos en Argentina.

La piel humana está formada por dos capas: dermis y epidermis. En los casos de lastimaduras pequeñas, la piel se regenera sola: primero la dermis (la capa profunda) y, cuando ya está curada, la epidermis. Estas dos capas de piel no se regeneran a la vez y, de hecho, la regeneración de una de estas capas inhibe la regeneración de la otra. Mientras esta regeneración ocurre, el organismo queda expuesto a la infección de agentes externos, por eso es necesaria la intervención del médico para acelerar el proceso o inducirlo cuando la herida es demasiado grande para curarse sola.

La membrana plástica desarrollada por Biomatter es un medio donde las células de piel insertadas por el médico pueden reproducirse para regenerar la piel. Permite que no haya contacto entre las células de la dermis y las de la epidermis, por lo que las dos capas de la piel pueden crecer al mismo tiempo y, aunque no haya contacto entre las células, es una membrana permeable a líquidos, lo que permite el paso de nutrientes a las dos capas y la eliminación de desechos.

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Desarrollan un producto para la regeneración de la piel en caso de úlceras o quemaduras. (Foto: AGENCIA TSS)
Actualmente, cuando se quiere recuperar la piel de un paciente con úlceras o quemaduras se extraen células de dermis de la piel del paciente, se las reproduce en un laboratorio para crear una capa de dermis y posteriormente se las aplica en el paciente. Pero este proceso puede tardar varios meses y tiene que repetirse para la capa exterior de piel, la epidermis. Es muy riesgoso, ya que el paciente queda durante mucho tiempo expuesto a la posibilidad de infecciones.

En el desarrollo del producto, el trabajo del médico, del especialista en materiales y del administrador de empresas se entremezclan todo el tiempo y exigen que cada uno se involucre en el trabajo del otro. “La primera membrana que vio el médico la cuestionó por su rigidez, porque él necesitaba que fuera flexible. Pero, ¿qué es flexible para un médico respecto de lo que es flexible para mí? Entonces me explicó que necesitaba poder agarrarla con dos pincitas, mojarla y apoyarla sobre el paciente”, explica Hermida. Por otro lado, la preocupación del encargado de la comercialización era ver si habría elementos del kit que pudieran no ser descartables, para poder reducir costos y poder vender insumos en forma separada.

Como una forma de evitar la resistencia a un producto nuevo por parte de los médicos, tienen planificado un ciclo de capacitación dictado por el médico que forma parte del proyecto (Bolgiani), quien también lo va a usar en los tratamientos que realice. De esta manera, esperan generar la expectativa necesaria para insertar el producto en el mercado.

Hasta ahora se han hecho ensayos en ratones y el resultado ha sido muy positivo, incluso hubo sorpresa cuando se constató que se había regenerado hasta el folículo piloso, es decir, que volvía a crecer pelo en la piel regenerada. El equipo está en conversaciones con laboratorios privados con los que podrían asociarse para presentar el proyecto en ANMAT, con el objetivo de realizar pruebas a mayor escala en animales y, una vez que éstas sean aprobadas, poder iniciar los ensayos en seres humanos.

En ámbitos académicos es muy común que haya colaboraciones de muchos actores en el desarrollo de investigaciones, pero en el desarrollo de productos suele haber mucho hermetismo. Hermida asegura que están aprendiendo a manejarse de otra manera. “En algunos proyectos estamos trabajando con la Universidad de Erlangen-Núremberg, de Alemania, y también consultamos al departamento de Legales de la UNSAM”, detalla.

El consorcio fue armado por una exigencia del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCyT). Para poder recibir financiamiento -en este caso un EMPRETECNO, de poco más de dos millones de pesos- es necesario que se asocien instituciones públicas con emprendedores, pero este equipo fue más allá para poder cubrir todas las necesidades a la hora de crear un producto nuevo y atractivo para el mercado. “Queremos poder usar toda esta experiencia que vamos adquiriendo en el desarrollo de otros dispositivos médicos” expresa Hermida.

De hecho, ya se encuentran trabajando en otros proyectos, como una membrana para la regeneración de huesos, ya que este material que desarrollaron también tiene características piezo-eléctricas, es decir, que al deformarse mecánicamente genera un campo eléctrico que favorece que los iones de calcio se adhieran a ellos. La idea original de estos investigadores era hacer un proyecto que pudieran entregarle en carpeta a un laboratorio para que éste lo desarrollara. Pero el financiamiento obtenido los obligaba a asociarse con otros miembros de la comunidad científica y productiva. Ahora que el consorcio está conformado es más fácil poder producir como consorcio e insertar mejoras en el producto final. (Fuente: AGENCIA TSS/DICYT)

Usar miel contra la resistencia bacteriana

La miel, ese condimento delicioso para endulzar alimentos, podría ser de ayuda para combatir el serio problema de la creciente resistencia de las bacterias a los antibióticos. De hecho, ya se sabe desde hace tiempo que la miel posee propiedades antimicrobianas. Los remedios tradicionales que contenían miel fueron utilizados con bastante éxito en el tratamiento de heridas por diversas civilizaciones antiguas. En tiempos modernos, se ha confirmado que la miel posee propiedades antibacterianas, antifúngicas y antivirales. En los últimos años, crece el número de estudios que avalan la capacidad de la miel para combatir infecciones difíciles.

A esta lista se le suma ahora la investigación llevada a cabo por el equipo de Susan M. Meschwitz, de la Universidad Salve Regina en Newport, Rhode Island, Estados Unidos, en la que, entre otras cosas, se ha verificado que la miel tiene propiedades antioxidantes.

La clave de la capacidad de la miel para combatir la resistencia bacteriana está en que actúa contra los gérmenes desde múltiples frentes, haciendo más dificultoso para la bacteria desarrollar resistencia. La miel, aunque nos resulte un sinónimo de dulzura a los humanos, es un material muy hostil para las bacterias, comparable a un arsenal de armas de tipos muy diferentes. Entre estas armas, figuran el peróxido de hidrógeno, la acidez, el efecto osmótico, la alta concentración de azúcar y la de polifenoles. Todas estas armas son capaces de matar bacterias. Por ejemplo, el efecto osmótico, el cual es el resultado de la alta concentración de azúcar en la miel, absorbe agua de las células bacterianas, deshidratándolas y matándolas.
Se sabe además, por investigaciones anteriores, que la miel inhibe la formación de biopelículas. Éstas son algo así como búnkeres bacterianos dentro de los cuales las bacterias quedan protegidas de bastantes agresiones externas.

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La miel, además de deliciosa, posee propiedades antimicrobianas. (Foto: Amazings / NCYT / JMC)

La miel podría también bloquear el sistema bacteriano de comunicaciones conocido como detección de quórum, que hace, entre otras cosas, que las bacterias lancen una infección de manera bastante coordinada.

Saboteadas desde tantos frentes distintos, las bacterias pierden capacidad de ataque y de defensa, volviéndose mucho más vulnerables a los antibióticos convencionales.

Los últimos resultados obtenidos por el equipo de Meschwitz en esta línea de investigación se han presentado públicamente en un congreso reciente, organizado por la ACS (American Chemical Society, o Sociedad Química Estadounidense).
http://noticiasdelaciencia.com/not/10475/usar_miel_contra_la_resistencia_bacteriana/