Los astrónomos no pueden observar directamente el aspecto de nuestra galaxia, la Vía Láctea, por la circunstancia obvia de que estamos en su interior. Sin embargo, sí es posible deducir su forma observando cuidadosamente sus estrellas y las distancias de éstas hasta nosotros.
En la década de 1950, unos astrónomos usaron radiotelescopios para crear un mapa de nuestra galaxia. Sus observaciones se centraron en nubes de gas de la Vía Láctea en las que nacen nuevas estrellas, y condujeron a la conclusión de que nuestra galaxia posee cuatro brazos principales. El Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, por su parte, escudriñó en la galaxia la luz infrarroja emitida por las estrellas. En 2008 se anunció que el Spitzer había encontrado cerca de 110 de millones de estrellas, pero evidencias de sólo dos brazos espirales.
El equipo de Melvin Hoare, de la Universidad de Leeds en el Reino Unido, y James Urquhart, del Instituto Max Planck de Radioastronomía en Bonn, Alemania, utilizó varios radiotelescopios en Australia, Estados Unidos y China para observar de forma individual unas 1.650 estrellas masivas. A partir de sus observaciones, se calcularon las distancias y luminosidades de las estrellas masivas, revelando que se distribuyen en cuatro brazos espirales.
Aquí se muestra la distribución de estrellas masivas halladas en el nuevo estudio. Nuestra posición en la galaxia está marcada por un círculo negro. (Imagen: J. Urquhart et al. Imagen de fondo: Robert Hurt del Centro de Ciencia del Spitzer)
Los resultados del nuevo estudio no implican ningún error en los datos captados por el Telescopio Espacial Spitzer. Simplemente, el Spitzer está diseñado para captar estrellas mucho menos calientes y de menor masa (estrellas como nuestro Sol) que son mucho más numerosas que las estrellas masivas rastreadas en el nuevo estudio.
Las estrellas masivas son mucho menos comunes que las de menor masa, ya que su vida es corta (unos 10 millones de años, una cifra diminuta en comparación con la de miles de millones de años de otras estrellas). El hecho de que tengan una vida más corta hace que sólo estén presentes en los brazos en los que se formaron, lo cual podría explicar la discrepancia en el número de brazos galácticos que han determinado diferentes equipos de investigación.
http://noticiasdelaciencia.com/not/9216/confirman_que_nuestra_galaxia_tiene_cuatro_brazos/
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