viernes, 30 de octubre de 2015

El cáncer de mama también afecta a los hombres

Artículo escrito por el Dr. Julio Terrén, Cirujano Plástico y Doctor en Medicina

La mama está formada, principalmente, por lobulillos (glándulas que pueden producir leche si están presentes las hormonas correctas), conductos (pequeños tubos que llevan la leche de los lobulillos al pezón) y estroma (tejido graso y tejido conectivo que rodea los conductos, lobulillos, vasos sanguíneos y vasos linfáticos).

El cáncer de mama es un tumor maligno que se inicia a partir de células de la mama. Los tumores malignos son grupos de células cancerosas que pueden crecer e invadir los tejidos o propagarse (metástasis) por distintas áreas del cuerpo. El cáncer de mama se produce sobre todo en las mujeres, pero los hombres no son ajenos a este problema. Muchas personas no se dan cuenta de que los hombres tienen tejido mamario y que pueden desarrollar la enfermedad. Eso sí, este tipo de cáncer es menos común en los hombres debido a que las células de los conductos de sus senos están menos desarrolladas que las de las mujeres. Además, cuentan con niveles más bajos de hormonas femeninas que son las que se encargan del crecimiento de las células mamarias.

El sistema linfático de la mama

Es importante entender el sistema linfático porque es una de las formas mediante las que los cánceres de mama pueden propagarse. Este sistema tiene varias partes:

Los ganglios linfáticos son pequeños grupos de células del sistema inmunológico (células que son importantes para combatir las infecciones) que están conectadas por vasos linfáticos. Los vasos linfáticos son como pequeñas venas, que transportan un líquido claro llamado linfa (en lugar de sangre) fuera de la mama. La linfa contiene fluido de los tejidos y desechos, así como células del sistema inmunológico. Las células cancerígenas pueden entrar en los vasos linfáticos y comenzar a crecer en los ganglios linfáticos. La mayoría de los vasos linfáticos del seno conducen a los ganglios linfáticos debajo del brazo, otros conectan con los ganglios linfáticos debajo del esternón…

Si las células cancerosas se han diseminado por estos ganglios linfáticos, existe una mayor probabilidad de que las células puedan haber entrado en el torrente sanguíneo, propagándose (metástasis) a otras partes y órganos del cuerpo. 

Tipos de cáncer de mama en los hombres

Aunque el cáncer de mama puede presentarse en hombres de cualquier edad, generalmente suele aparecer entre los 60 y los 70 años. Hay distintos tipos de cáncer de mama masculino:

-    Carcinoma ductal infiltrante: es el más común entre los hombres (8 de cada 10). Se produce cuando el cáncer se disemina más allá de las células que revisten los conductos de la mama. Debido a que la mama masculina es mucho menor que la mama de la mujer,  los cánceres de mama masculinos comienzan relativamente cerca del pezón.

-    Carcinoma ductal in situ: también conocido como carcinoma intraductal. Las células anormales se encuentran en el revestimiento de un conducto.

-    Cáncer de mama inflamatorio: es un cáncer agresivo, pero bastante raro. Provoca que el pecho esté hinchado, rojo y sensible, en lugar de formar un bulto. Se puede confundir con una infección de la mama. 

-    Carcinoma lobular in situ: este tipo de cáncer de mama comienza en los lóbulos mamarios (colecciones de células que, en las mujeres, producen la leche materna) y crece en el tejido graso de la mama. Es muy poco frecuente en los hombres, representa sólo el 2%, debido a que no tienen mucho tejido lobular.

-    Enfermedad de Paget del pezón: se produce cuando el tumor crece desde los conductos ubicados debajo del pezón hasta su superficie.

Los hombres también pueden tener algunos trastornos mamarios benignos

La ginecomastia es el trastorno más común de la mama masculina. No es un tumor, sino más bien un aumento de la cantidad del tejido mamario de un hombre. 

Durante la pubertad es normal que la glándula mamaria aumente de tamaño debido a los cambios hormonales. Estos cambios desaparecen en cuanto concluye esta “tormenta” hormonal. Sin embargo en algunos casos la glándula queda aumentada provocando una evidente alteración estética con su afectación psico-social. En la ginecomastia puberal es conveniente esperar algún tiempo, y si no se resuelve espontáneamente se realiza la extirpación quirúrgica. Otro tipo de ginecomastia es la que provocan medicamentos (corticoides, anabolizantes, diuréticos, antiácidos…) o la causada por enfermedades (distrofia adiposo genital, cirrosis hepática….). La pseudo-ginecomastia es la que presenta un componente mayoritariamente graso, y se da sobre todo asociada a la obesidad.


Otros artículos del Dr. Julio Terrén

La obesidad en República Dominicana, un mal que va en aumento

El Presidente de la Sociedad Dominicana de Nutriología Clínica, doctor Osvaldo Peña Tió, informó que un 27% de la población dominicana padece obesidad y 32% está en sobrepeso, cifras que están en aumento e impactan las estadísticas de otros males asociados en el país. Peña Tió precisó que de acuerdo con los registros oficiales más del 10% de la población nacional, aproximadamente un millón de personas, padece de diabetes al tiempo que se registran cada vez más infartos, accidentes cerebro vasculares y casos de artritis.

Luego de participar en el acto de firma de un convenio con el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) y la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT), el galeno atribuyó las cifras al estilo de vida del promedio de la población dominicana y a la carencia de una alimentación balanceada.

Sugirió a la población establecer un balance entre buena alimentación, ejercicios y armonía interior o manejo del estrés, que dijo es una de las principales causas de que las personas descuiden lo que consumen.

El acuerdo fue suscrito por el rector del INTEC, Rolando Guzmán, Osvaldo Peña Tió, en representación de la Sociedad Dominicana de Nutriología Clínica, y Ángel Gil Hernández, presidente de la FINUT. INTEC es la única universidad del país que ofrece una Especialidad en Nutriología Clínica, la cual coordina el nutriólogo Jimmy Barranco desde el año 2002.

Dentro del pacto las tres instituciones se comprometen al desarrollo de programas de formación y entrenamiento en materia de Nutrición y Alimentación para jóvenes científicos de toda Iberoamérica, la organización de congresos, simposios, talleres y grupos de expertos, entre otras acciones.

(Foto: DICYT)


La firma se realizó en el Salón de la Rectoría del INTEC y contó además con la participación de las doctoras Raquel Tejada, Ana Carolina Báez e Yleana Muñoz y por el INTEC del decano del Área de Ciencias de la Salud, Raymundo Jiménez, la encargada de Relaciones Interinstitucionales, Patricia Portela y la Coordinadora de Relaciones Institucionales del Área Ciencias de la Salud, Fátima Núñez.

Tras el acto, Gil Hernández ofreció la conferencia “La Doble carga de la Obesidad y la Desnutrición en América Latina: una visión global" ante un auditorio repleto de estudiantes y profesionales de Nutriología Clínica y de la carrera de Medicina del INTEC. (Fuente: INTEC/DICYT)

Ausencia de minerales vitales en la dieta, ¿explicación al misterio de la extinción de los mamuts?

A finales del Pleistoceno, los mamuts del norte de Eurasia solían experimentar una carencia crónica de minerales esenciales, causada por cambios geoquímicos en su entorno que fueron promovidos por una profunda transformación abiótica de los ecosistemas en los que vivían.

Muy probablemente, esa carencia crónica de minerales hacía que sus cuerpos no pudieran disponer de las cantidades mínimas de ciertos elementos químicos esenciales. El resultado fue un deterioro de su salud que les condujo a la extinción.

Esta hipótesis ha sido impulsada por paleontólogos de la Universidad Estatal Nacional de Investigación de Tomsk (TSU) en Rusia, y se basa en una investigación a gran escala de 15 años de duración.

Científicos de todas partes del mundo intentan hallar las causas de la extinción de los representantes más destacados de la megafauna de finales del Pleistoceno, los mamuts. Existen dos teorías principales: cambios en el microclima y la presión antropogénica, y posiblemente un efecto simultáneo de ambos factores. También hay otras teorías mucho menos aceptadas sobre su extinción: enfermedades infecciosas o la caída de cuerpos celestes. Sin embargo, nadie ha prestado apenas atención a los cambios químicos del entorno donde vivió la especie Mammuthus primigenius, conocida popularmente como mamut lanudo o mamut de la tundra.

Investigando los restos de mamuts muertos, el equipo de Sergei Leshchinsky encontró en muchos casos señales obvias de ciertas enfermedades óseas y de las articulaciones.

La imagen muestra un fragmento de un cráneo de mamut investigado. (Foto: © TSU)


Estas enfermedades provocaban una alta tasa de traumatismos en los animales; sufrían esguinces y fracturas incluso con cargas muy bajas. Los mamuts con extremidades o columnas vertebrales rotas no podrían obtener comida en cantidades suficientes y no podrían seguir a la manada. Estos individuos morían pronto en manos de los depredadores.

Ante esta situación, la población de mamuts decreció hasta la extinción.

La conclusión de la investigación acarrea la fascinante posibilidad de que los mamuts, si hubieran obtenido cantidades suficientes de minerales esenciales en su alimentación, quizá habrían podido sobrevivir hasta nuestros días.

¿Por qué muchos consumidores de alcohol son también fumadores?

Hace mucho que se sabe que alcohol y nicotina van de la mano. Investigaciones anteriores muestran que, en el caso concreto de Estados Unidos, más del 85 por ciento de los adultos que son adictos al alcohol también son adictos a la nicotina. En otros países, los porcentajes son similares. Ahora, el equipo del Dr. Makesh Thakkar, de la Universidad de Misuri en la ciudad estadounidense de Columbia, ha encontrado que la nicotina anula los efectos inductores del sueño del alcohol. Es un hallazgo que aclara bastante por qué uno y otra están tan íntimamente relacionados.

La nicotina debilita el efecto de somnolencia ejercido por el alcohol, al estimular una respuesta en un área del cerebro conocida como prosencéfalo basal. Identificando las reacciones que tienen lugar cuando las personas fuman y beben alcohol, quizá se pueda emplear este conocimiento para ayudar a refrenar la adicción al alcohol y la nicotina, tal como razona el Dr. Thakkar.

Thakkar ha estado estudiando los efectos inductores del sueño del alcohol, y los ejercidos por la nicotina, durante más de cinco años. Sus investigaciones anteriores han mostrado que cuando se consumen conjuntamente, ambos incrementan los efectos secundarios placenteros al activar un sistema del cerebro conocido como centro de recompensa, que puede llevar a un consumo superior de alcohol.

En la nueva investigación, se ha constatado que la nicotina suprime los efectos de inducción al sueño del alcohol. (Foto: MU Health)


Durante el estudio más reciente, se equipó a unas ratas con electrodos para registrar su sueño, y se les dio alcohol y nicotina. Los investigadores encontraron que la nicotina actúa a través del prosencéfalo basal para suprimir los efectos de inducción del sueño del alcohol.

Uno de los efectos negativos de beber alcohol es la somnolencia. Sin embargo, cuando la nicotina se consume junto con este, actúa como un estimulante para evitar el sueño. Si una persona fuma, entonces tendrá una mayor probabilidad de consumir más alcohol, y viceversa. Se realimentan.

miércoles, 29 de octubre de 2014

El estudio del ADN mitocondrial revela cómo llegó la tortuga boba al Mediterráneo

La tortuga boba (Caretta caretta) se encuentra amenazada a escala mundial y es la más abundante en el Mediterráneo. Las principales playas de anidación se encuentran en Japón, Omán, Australia, el Caribe, la costa este de Norteamérica, Cabo Verde y el Mediterráneo oriental (en especial, en Grecia, Turquía, Chipre y Libia). En las aguas peninsulares, se encuentran tortugas procedentes tanto del Atlántico como del Mediterráneo oriental.

Hace unos cinco millones de años, la distribución de la tortuga boba era global en el Atlántico y el Pacífico, hasta que la elevación del istmo de Panamá dividió la población en dos grupos (uno en cada océano). Tal como explica Lluís Cardona, coautor de un estudio sobre dicha especie e investigador del Departamento de Biología Animal y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universidad de Barcelona (España): "Actualmente, las áreas de nidificación más importantes de esta especie en el Atlántico se encuentran en Brasil, Cabo Verde, Norteamérica y el Caribe, pero no se conocía bien su relación histórica con la cuenca mediterránea".

"Este proceso de colonización del Mediterráneo  –añade Cardona– es anterior a lo que se pensaba y tuvo lugar antes de la última glaciación. Como conclusión destacada, esto indica que las tortugas han sobrevivido, como mínimo, a una fase glacial en el Mediterráneo, buscando refugio en los entornos más cálidos de aquella época: en las costas de Libia, Grecia y Turquía".

En realidad, la tortuga boba colonizó el Mediterráneo en dos etapas independientes como mínimo. La primera fase (hace unos 50.000 a 200.000 años) la llevó a colonizar el Mediterráneo oriental, y la segunda fase, mucho más reciente (después de la última glaciación), le permitió colonizar el sur de Italia, en concreto Calabria. "Estos resultados son sorprendentes y nos indican que la tortuga boba tiene una destacada capacidad de expansión como especie marina", apunta el científico.

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La tortuga boba (Caretta caretta) se encuentra amenazada a escala mundial y es la más abundante en el Mediterráneo. (Foto: UB-IRBio)



También en el
Atlántico hubo una segunda colonización, a partir del núcleo de tortugas del Indo-Pacífico. Este proceso seguiría un curioso itinerario en zigzag, desde Sudáfrica hasta Brasil, Cabo Verde, el Caribe y el este de Norteamérica, según la distribución de las corrientes oceánicas y la temperatura del agua. En Brasil, por ejemplo, solo hay tortugas bobas originarias de esta segunda ola de colonización; mientras que en las islas de Cabo Verde, el Caribe y América del Norte ya se encuentra una mezcla de tortugas de los dos linajes.

La tortuga boba hace largas migraciones y vuelve a las playas donde nació para hacer la puesta de huevos (comportamiento filopátrico). Ahora bien, los nuevos trabajos confirman que no todas las hembras vuelven a nidificar en el lugar donde han nacido, y que la colonización de zonas nuevas es un proceso relativamente frecuente. "La filopatría no es tan perfecta como se pensaba inicialmente: hay ejemplares que no vuelven a la zona de nidificación, y lo que hacen es colonizar nuevas áreas. Todo esto nos da pistas sobre los mecanismos de colonización de nuevas áreas en respuesta a cambios ambientales", afirma Cardona.


El nuevo escenario global de la dispersión de este quelonio en aguas del Atlántico y el Mediterráneo se ha elaborado aplicando técnicas de alta resolución de estudio de fragmentos del ADN mitocondrial y gracias a la suma de esfuerzos de varios equipos de todo el mundo que trabajan sobre diferentes áreas geográficas de distribución. Mediante la elaboración de bases de datos sobre las zonas de nidificación, ahora los expertos pueden averiguar cuál es el origen de las tortugas que hay en las áreas marinas de alimentación.

"Desde la perspectiva de la conservación, esta información es clave para calcular mejor cuál es el impacto de la actividad humana sobre poblaciones concretas, como en el caso de la captura accidental por pesca de palangre. Sabemos, por ejemplo, que la pesca de palangre en el Mediterráneo occidental afecta sobre todo a las tortugas originarias del continente americano, y a las tortugas mediterráneas nacidas en las costas de Libia", concluye el investigador. (Fuente: UNIVERSIDAD DE BARCELONA)

martes, 28 de octubre de 2014

Las muertes superarán por primera vez a los nacimientos a partir de 2015 en España

Si se mantuvieran las tendencias demográficas actuales, España perdería un millón de habitantes en los próximos 15 años y 5,6 millones en los próximos 50 años, según datos del informe 'Proyección de la Población de España 2014–2064' del Instituto Nacional de Estadística. Esta trabajo también indica que, por primera vez, el número de defunciones superará al de nacimientos a partir de 2015.
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Entre 2014 y 2028 nacerían en torno a 5,1 millones de niños, un 24,8% menos que en los 15 años previos. / Roli Seeger.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado hoy los resultados del informe 'Proyección de la Población de España 2014–2064', que constituye una simulación estadística del tamaño y estructura demográfica de la población que residiría en España en los próximos 50 años, y en sus comunidades autónomas y provincias en los próximos 15 años. 
Si se mantuvieran las tendencias demográficas actuales, España perdería un millón de habitantes en los próximos 15 años 
Las cifras recogidas por este trabajo señalan que, si se mantuvieran las tendencias demográficas actuales, España perdería un millón de habitantes en los próximos 15 años y 5,6 millones en los próximos 50 años. Asimismo, el porcentaje de población mayor de 65 años –que actualmente se sitúa en el 18,2%– pasaría a ser del 25% en 2029 y del 38,7% en 2064. 
Un dato más preocupante es que el número de nacimientos seguiría reduciéndose en los próximos años, continuando con la tendencia iniciada en 2009. Así, entre 2014 y 2028 nacerían en torno a 5,1 millones de niños, un 24,8% menos que en los 15 años previos. En 2029 la cifra anual de nacimientos habría descendido hasta 298.202, un 27,1% menos que en la actualidad. Esto supondrá que el número de defunciones superaría por primera vez al de nacimientos a partir de 2015. 
El descenso en el número de nacimientos vendría determinado, sobre todo, por la reducción del número de mujeres en edad fértil. De hecho, el número de mujeres entre 15 y 49 años bajaría en 1,9 millones (un 17,4%) en 15 años, y en 4,3 millones en 50 años (un 39,2%). 
Mayor esperanza de vida 
En 2064 la esperanza de vida de los hombres superaría los 91 años y la de las mujeres casi alcanzaría los 95
Potro lado, en 2064, de mantenerse la tendencia actual, la esperanza de vida de los hombres superaría los 91 años y la de las mujeres casi alcanzaría los 95. De la misma forma, una mujer que alcanzase la edad de 65 años en 2064 viviría en promedio otros 31 años más, frente a los 22,9 años de supervivencia actuales. 
"A pesar de la pérdida de población y la mayor esperanza de vida, el número de defunciones seguiría creciendo como consecuencia del envejecimiento poblacional. Así, en el periodo 2014-2029 se llegarían a registrar más de seis millones de defunciones", asegura un comunicado del INE.
Madrid y las islas seguirán creciendo
La pérdida de población se extendería a la mayoría de comunidades autónomas en los próximos 15 años. Los mayores descensos, en términos relativos, se registrarían en Castilla y León, Principado de Asturias y Galicia. 
Por el contrario, la población aumentaría en Comunidad de Madrid, Canarias, Illes Balears y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Comunidad Foral de Navarra, Andalucía y Región de Murcia prácticamente mantendrían el mismo tamaño poblacional que en la actualidad. 

viernes, 30 de mayo de 2014

Acumular conocimientos en el cerebro lo fortalece para soportar mejor una lesión

Las personas que más educación académica han recibido parecen tener más probabilidades de recuperarse de un traumatismo craneoencefálico moderado o severo, lo cual sugiere que lo que se conoce como "reserva cognitiva" del cerebro puede tener un papel importante en el proceso de recuperación del paciente.

Así se ha determinado en una nueva investigación, llevada a cabo por el equipo de Eric B. Schneider y Robert D. Stevens, de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, Estados Unidos.

Estos científicos examinaron a 769 pacientes que padecieron un traumatismo craneoencefálico lo bastante grave como para ser ingresados en un hospital, permanecer un tiempo en él, y tener luego que acudir a un centro de rehabilitación.

Tras revisar el estado de salud de los pacientes un año después de sufrir dicho traumatismo craneoencefálico, los investigadores han constatado que aquellos pacientes que poseían los conocimientos equivalentes a por lo menos una carrera universitaria tuvieron siete veces más probabilidades de recuperarse del traumatismo craneoencefálico y dejar atrás las discapacidades que éste les provocó, en comparación con quienes no terminaron la escuela secundaria.

Los resultados, aunque representan una novedad médica en el campo del traumatismo craneoencefálico, reproducen la misma tendencia ya observada en investigaciones previas sobre la enfermedad de Alzheimer, en la cual el nivel de educación académica del paciente (que se toma como referencia del nivel de conocimientos acumulados y del grado de robustez de la "musculatura" cerebral y por ende de la magnitud de la reserva cognitiva) está relacionado con la velocidad a la que progresa la enfermedad. A mayor nivel de educación académica, más despacio avanza la dolencia.

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Acumular conocimientos en el cerebro lo fortalece para soportar mejor los efectos de un traumatismo craneoencefálico, según los resultados del nuevo estudio. (Imagen: Amazings / NCYT / JMC)


Se desconoce por ahora cuáles son los mecanismos biológicos exactos subyacentes en el vínculo entre los años de esfuerzos académicos y la mejora en la recuperación tras un traumatismo craneoencefálico.

Lo único que se sabe es que las personas con mayor reserva cognitiva se recuperan de la lesión por una vía más eficaz que les permite recobrar toda su funcionalidad anterior, ya sea mediante la reconstrucción de la arquitectura previa o bien por la formación de arquitecturas alternativas en su cerebro que compensen la merma impuesta por la lesión.

Mientras tanto, hasta que se aclare el mecanismo, parece una buena idea que toda persona procure dedicar tiempo a aprender cosas nuevas, aunque sea de forma autodidacta. Además de culturizarnos, podríamos estar fortaleciendo nuestro cerebro de una manera comparable a como un deportista mejora su cuerpo mediante el ejercicio físico.

En la investigación también han trabajado Vanessa Raymont, Josh Duckworth, Robert G. Kowalski, David T. Efron, Xuan Hui, Shalini Selvarajah, y Hali L. Hambridge, de la Universidad Johns Hopkins.