Gracias a la energía impartida por su vector, la sonda china quedó situada en una ruta directa hacia la Luna, donde llegará el 6 de diciembre. El descenso hacia la superficie, sin embargo, no se producirá antes del 14 de diciembre, aunque las autoridades no han anunciado una fecha de forma oficial.La etapa de alunizaje, que transportará al robot móvil, tendrá sus propios objetivos científicos. Con una masa de 3.780 Kg al despegue, dispone de un par de pequeños paneles solares, así como de un generador de radioisótopos, necesario para conseguir electricidad cuando se halle bajo la noche lunar. A bordo, los instrumentos incluyen varias cámaras y un telescopio ultravioleta.
Si el aterrizaje va bien (en la zona conocida como Mare Imbrium, en Sinus Iridium), el robot Yutu descenderá por unas pequeñas rampas, hasta alcanzar el suelo e iniciar una exploración propia del entorno. El robot pesa 120 Kg y utilizará también paneles solares para moverse sólo durante el día lunar. Está dotado con cámaras y un par de espectrómetros, así como un radar para analizar el suelo.
Ninguna sonda terrestre ha alunizado desde 1976. Por tanto, su misión es muy importante. China desea demostrar la tecnología necesaria para ello, que podría evolucionar hacia una sonda de recogida de muestras dentro de pocos años, y, más adelante, quizá incluso propiciar un envío histórico de astronautas.Durante los próximos días, la nave maniobrará hasta en tres ocasiones para ajustar su trayectoria de llegada a la Luna. El 6 de diciembre, usará su motor para entrar en órbita a su alrededor. Como hicieron las sondas soviéticas, utilizará una órbita elíptica, desde la que efectuará un encendido de frenado final, a 15 Km de altitud, el 14 de diciembre. Pero sus equipos son mucho más sofisticados que sus predecesoras, y permitirán aterrizar sólo en un punto adecuado y libre de rocas, gracias a sus sensores.
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